Ser mujer es algo bello, sorprendente, complicado y confuso.
Es complicado hoy, por ejemplo, definir a la mujer en función de la diferencia con los hombres, ya que no es sólo una cuestión anatómica la que esta en juego, sino también del orden de lo cultural, lo social, lo económico y lo político. Es evidente que cada vez son más las mujeres que acceden a espacios que antes eran reservados con exclusividad a los hombres. Entonces, definirnos por la diferencia, implica poner en cuestionamiento todo aquello que circula en el imaginario cultural y que calificaría a la mujer en tanto debiera estar excluida de lo que concierne solo al varón.
Es complicado hoy, por ejemplo, definir a la mujer en función de la diferencia con los hombres, ya que no es sólo una cuestión anatómica la que esta en juego, sino también del orden de lo cultural, lo social, lo económico y lo político. Es evidente que cada vez son más las mujeres que acceden a espacios que antes eran reservados con exclusividad a los hombres. Entonces, definirnos por la diferencia, implica poner en cuestionamiento todo aquello que circula en el imaginario cultural y que calificaría a la mujer en tanto debiera estar excluida de lo que concierne solo al varón.
Ser mujer en mi caso no fue de las mejores cosas de mi vida, fue muy complicado, ya que soy la unica mujer rodeada de tres varones como hermanos, mi padre educado de manera machista y mis hermanos de igual manera pero en menor potencia, al pasar de la vida te das cuenta que entre las mismas mujeres nos denigramos y hacemos que nuestro valor como mujer se pierda.
La vida como mujer es dificil pero no imposible pero tambien existen muchas cosas mujeres que debemos apreciar como tal.
Nada más contradictorio que ser mujer...
Mujer que piensa con el corazón, actúa por la emoción y vence por el amor.
Que vive un millón de emociones en un sólo día, y transmite cada una de ellas con una sola mirada.
Que vive buscando la perfección y vive tratando de buscar disculpas para los errores de aquellos a quienes ama.
Que hospeda en el vientre otras almas, da a luz y después queda ciega, delante de la belleza de los hijos que engendró.
Que da las alas y enseña a volar pero no quiere ver partir los pájaros, aún sabiendo que no le pertenecen.
Que se arregla toda y perfuma la cama, aunque su amor no perciba más esos detalles.
Que como una hechicera transforma en luz y sonrisa los dolores que siente en el alma, sólo para que nadie lo note.
Y aún tiene fuerzas, para dar consuelo a quien se acerca a llorar sobre su hombro.
Feliz del hombre que tan solo por un día sepa, entender el alma de la mujer.
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